Cómo Dios anuncio mi embarazo múltiple
En un blog anterior les conté mi testimonio sobre mi embarazo, lo que sucedió, el milagro que Dios hizo con nuestras hijas y cómo terminó todo. Pero para que todo esto sucediera, hubo un antes, del que he hablado poco, en el que Dios me habló con mucho tiempo de anterioridad anunciando lo que haría, preparándome, dándome fuerzas para lo que vendría y reafirmando que el milagro se cumpliría. Todo esto, mucho antes de yo entender de qué me estaba hablando, por eso para mí es aún más especial. Porque fue un milagro que Él anunció mucho antes y hoy en día se los puedo contar.
En el blog de mi testimonio contaba que Dios me había dicho esto y lo otro… lo que no especifique fue de qué manera. Muchas personas me preguntaron, como supe que era Dios y de qué manera me hablo.
Entonces les cuento que, desde hace muchos años, busco a Dios en tiempos a solas, donde yo le hablo, le cuento cosas, le pido (oro) y finalmente Él responde, ¿cómo? No es una voz audible que baja del, pero sí habla directo a mi corazón, muchas veces pone un sentir muy fuerte que sé que no vendría de mí misma, porque generalmente son cosas que yo no quiero o no pensaría en ellas, y me habla a través de su palabra , la Biblia. Que es donde reconfirmo o desmiento el sentir de mi corazón.
¿Cómo me acuerdo de todo? Porque cada vez que Él habla, voy anotando con fechas y pasajes, así luego puedo juntar las cosas y entender qué me quiere decir Dios, Él a veces te habla del presente, del futuro, a veces del pasado, entonces, al escribir puedo entender realmente qué me quiere decir.
Todo comenzó porque yo no tenía tener hijos en mis planes, pensaba que de pronto en un futuro muy lejano, pero, realmente no estaba en mis planes de vida a corto plazo.
En el año 2017 fuimos a un encuentro de parejas de nuestra iglesia con mi esposo, y otra pareja nos dio una palabra que sintieron que Dios puso en su corazón, era Éxodo 23:26 que dice: “No habrá en tu tierra ninguna mujer que aborte ni que sea estéril, haré que se cumpla el número de tus días.”
Cuando recibimos ese papelito, lo primero que pensamos es que se habían equivocado, por un lado, no estaba en nuestros planes tener hijos por ahora, y, por otro lado, no teníamos ningún problema de esterilidad, de hecho, yo me cuidaba demasiado para no quedar en embarazo, así que nos hicimos los locos con mi esposo e ignoramos eso.
Luego el 22 de noviembre de 2017 ese mismo año después de pasar tiempo con Dios, me dio esta palabra en 2 Reyes 4:16 que dice: “El año que viene por esta fecha tendrás un hijo en tus brazos.”
Fue algo que sentí que Dios resaltó en la Biblia, pero yo quise ignorar porque, repito, no estaba buscando quedar en embarazo y Dios hablaba de tener un bebé ya en mis brazos.
Luego el 6 de febrero de 2018, Dios me dio Isaías 7:14 donde dice: “Miren, la virgen concebirá un niño, dará a luz un hijo y lo llamará Emanuel.”
Puedo decir que a partir de ese momento Dios empezó a hablar, fue como que el anunció lo que vendría, y luego empezó a explicar aun más y a llevarnos a lo que sería nuestro gran Milagro. No les voy a dar todos los versículos porque me quedaría aquí escribiendo 3 horas y seguramente se aburrirían, además de que a mí me encanta escribir, entonces tengo mil cosas que Dios iba diciendo y diciendo, pero les voy a dar los más relevantes e importantes.
Yo sentí que cada día Dios hablaba más y más de tener un hijo, pero yo aún no estaba convencida. Tenía muchos miedos, inseguridades al respecto y sentía que no estaba en mis planes, que yo tenía todo organizado y planeado de una manera en la que un hijo desbarataría las cosas, pero Dios insistía e insistía. Cada vez que iba a un lugar me hablaban del tema, cada vez que veía una publicidad era sobre hijos, siempre nos preguntaban a mi esposo y a mí, pero de una manera insistente, no había día que ese tema no llegara por donde fuera. Hasta que llegó el punto en que no pude evitarlo y aunque me hacía la loca sentí que no podía evadir más el tema con Dios, y que había algo que Él me quería decir al respecto.
Entonces, un día ya con la cabeza hecha un ocho. Exactamente el 31 de marzo de 2018, estaba sola en mi apartamento y le dije a Dios: Hablemos sobre esto, ¿Qué es lo que quieres?, ¿Cuándo lo quieres?, ¿Por qué? ¿Cuál es tu insistencia en que tengamos un hijo? ¿Por qué ahora? ¿Por qué yo? Le decía a Dios: estoy bien, tranquila y feliz así. Pero dime, que quieres, y sentí que Dios me dijo: Junta todas las veces que te he hablado al respecto, en orden y al final te digo que es lo que quiero.
Entonces empecé a escribir y escribir, cada uno de los versículos y momentos donde él habló sobre los hijos, con fechas, y al final me di cuenta de que había una secuencia y una respuesta súper clara de Dios.
Me hablaba de creerle una vez más, me recordaba las veces en las que me había llevado a tomar decisiones y al final habían sido las mejores de mi vida. Como cuando me casé, y Él me dijo que David, mi esposo, era el indicado para mí, aunque yo tenía miedo y no estaba tan segura. Me hablaba claramente de dar ese paso de tener un hijo, agrandar mi familia y creerle a Él. Me decía que todo iba a estar bien y me respaldaría, que no iba a ser fácil el proceso (yo no entendía en ese momento de qué hablaba), pero que todo iba a salir bien al final, me decía que no esperara el tiempo “perfecto” que yo estaba buscando. En Eclesiastés 11: 4-5 me dijo: “El agricultor que espera el clima perfecto nunca siembra, si contempla cada nube, nunca cosecha. Así como no puedes entender el rumbo que toma el viento, ni el misterio de cómo crece un bebecito en el vientre de su madre, tampoco puedes entender cómo actúa Dios, quien hace todas las cosas”.
Me anuncio que serían varios bebés, o por lo menos más de uno en Isaías 49: 20-23, 25-26 donde decía: “Necesitamos más espacio, este lugar está lleno de gente. ¿Quién me ha dado todos estos descendientes? ¿de dónde viene toda esta gente? ¿Quién dio a luz a estos niños? ¿quién los crió por mí? Traerán a tus hijas sobre los hombros. Entonces sabrás que yo soy el señor. Los que confían en mí nunca serán avergonzados. Pues yo pelearé contra quienes pelean contigo, todo el mundo sabrá que yo, el señor, soy tu salvador y tu redentor el poderoso de Israel”.
Y en Isaías 54: 2-4: “Agranda tu casa, construye una ampliación. Extiende tu hogar y no repares en gastos. Pues pronto estarás llena a rebosar, tus descendientes ocuparán otras naciones y repoblarán las ciudades en ruinas”.
Y al final sentí que me respondió por qué tener un hijo:
Porque desde que me conociste he hecho cosas en tu vida que han sanado tu corazón, has cambiado muchísimo, pero un hijo será esa marca que transforme tu corazón totalmente, que lo haga aun más sensible y amoroso. Con un hijo conocerás el verdadero amor del que yo hablo, el amor de Dios que es incondicional y da sin esperar nada a cambio, un hijo hará en ti lo que nadie más no puede lograr, será el sello que transforme tu vida.
Con eso me quedó claro que Dios tenía un plan, y aunque me daba miedo, él había hablado de respaldarme y acompañarme en este proceso.
Después de esto, hable con mi esposo y tomamos la decisión de buscar bebé, al poco tiempo, muy poco, quedamos embarazados, y, comenzó la historia que algunos de ustedes ya conocen. Pero, la parte que no conocen, es cuando empezamos con el embarazo y dijeron que era un aborto en curso, que habíamos perdido nuestro bebé, empezó otra etapa en la que Dios comenzó hablar de una manera sobrenatural, cada día hacía que me regresara a los versículos que me había dado antes del embarazo, era impresionante, porque tenía uno para cada momento y situación, en ellos, ya había hablado de todo eso que estábamos atravesando, pero, a la vez, en cada uno nos daba fuerza para seguir, y durante ese proceso arranque a escribir nuevamente, desde el embarazo día uno. Donde adicional a lo que había dicho antes, me daba nuevas palabras para cada día, en otro blog les contaré el paso a paso del embarazo, donde Dios habló, para no hacer este tan largo.
Así que con esto termino esta parte, en la que Dios me anuncio el embarazo desde mucho antes, con el que confirmé que los planes de Dios para nuestras vidas, ya están escritos, pero, depende de nosotros mantenernos, o más bien, entrar en ellos o simplemente hacer caso omiso e ignorarlos. En Proverbios 16:18 dice: “Los planes son del hombre, pero la palabra final la tiene el señor”.
Y la verdad es que Dios nos dio libre albedrio, nosotros mismos podemos decidir qué camino seguir y qué decisión tomar, pero eso si, les aseguro que cuando seguimos los planes de Dios siempre, serán mucho mejores que los que notros teníamos. Dios sabe escoger por nosotros, porque Él puede ver más allá. Nosotros vemos el ahora, tomamos decisiones basándonos en lo que queremos y creemos, pero, no vemos lo que podría ser, o lo que va a ser. Así que confíen en que Dios sabe por qué hace que las cosas sucedan de una u otra manera, seguro, en el momento no lo entendemos, pero si lo obedecemos, después veremos que fue la mejor decisión y que Él tenía razón.
Puedo decirles que en mis planes no estaba tener un hijo pronto, pero en los planes de Dios estaba enviarme dos niñas. Y la verdad, Él no se equivocó, es lo mejor que me ha podido pasar en la vida, hubo un antes y un después. Siento que pude conocer el amor verdadero, siento que me hizo más humana, más real, más sensible y una mejor persona. Siento que no podía haber sido de una mejor manera, una vez más, Dios escogió por mí y escogió lo mejor. Supero mis expectativas y me dio algo mucho más grande de lo que yo hubiera podido soñar, y así me lo había anunciado antes en Isaías 55:8-9 donde me dice: “Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos -dice el Señor- y mis caminos están muy por encima de lo que pudieron imaginarse. Pues, así como los cielos están más altos que la tierra. Así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos más altos que sus pensamientos”.
Asi que créanle a Dios, obedézcanlo y sepan que Él, siempre va a escoger lo mejor para sus vidas.
Espero les haya gustado y Dios haya hablado a través de este texto; fue Él quien puso en mi corazón compartir el antes de mi testimonio. Esperen la siguiente parte donde les cuento lo que Él me habló durante el comienzo de mi embarazo, y para los que no lo han leído, pueden ver mi testimonio durante el embarazo y cómo termino.
Natalia Ospina Acevedo.