Para Dios nada es imposible - Testimonio “Marcela”

Después de unos meses de casados, mi esposo y yo teníamos un grupo de oración en nuestro apartamento. Un día, se mudó una nueva persona justo al lado. Por cosas de Dios, sin conocernos ya nos conocíamos. Suena raro, ¿cierto? Resulta que un tiempo atrás, en mi empresa de productos para mascotas, había tenido un problema con un envío y tuve que solucionar directamente con el cliente, hablé con ella y todo quedó solucionado.

Luego, volviendo a nuestra historia de la nueva vecina que se mudó al lado nuestro. Un día íbamos caminando hacia la puerta de nuestro apartamento, cuando de pronto, mis perros vieron una puerta que se abrió justo antes de la nuestra y se entraron a saludar, porque ahí también había un perro igual a ellos. Nos saludamos y nos pusimos a hablar (como buenos dueños de mascotas, haciendo amigos donde haya perros), y nos dimos cuenta de que ella era la cliente que nos había realizado una compra meses atrás y habíamos tenido que hablar por teléfono. Fue una coincidencia en ese momento, pero hoy entendemos que fue una Diosidencia (Un plan perfecto organizado por Dios). Unos días después, estábamos tocando a su puerta invitándola a nuestro grupo de oración. No sabíamos si creía en Dios o si se iba a molestar, solo lo hicimos porque sentimos que Dios lo puso en nuestro corazón.

Pasó poco tiempo y tuvimos que mudarnos de lugar, continuamos haciendo nuestro grupo en el nuevo apartamento y nuestra anterior vecina siguió asistiendo, esto quiere decir que ese primer día nos dijo que sí.

Aquí viene su historia, Marce era una mujer que siempre había creído en Dios desde pequeña, pero por cosas de la vida se había alejado hace algunos años y aunque conocía de Dios, necesitaba un encuentro real que levantara su fe y le permitiera conocerlo directamente. Uno de sus grandes sueños siempre había sido convertirse en mamá. Sin embargo, llevaba 4 años sin tener su ciclo menstrual, había asistido a dos médicos que le habían enviado tratamientos y exámenes donde diagnosticaron que tenía falla ovárica precoz, donde los ovarios dejan de funcionar y no producen las cantidades normales de la hormona estrógeno, ni liberan óvulos regularmente. Como consecuencia, está la infertilidad (el no poder quedar en embarazo) y una menopausia (vejez) prematura al no producir las hormonas que el cuerpo necesita.

Cuando supieron su diagnóstico, le enviaron tratamiento de hormonas y parches para no empezar a envejecer antes de tiempo y le dijeron que el tema de la infertilidad no tenía solución ya que su cuerpo no producía óvulos para fecundar.

En ese tiempo empezamos a orar por su sanidad, por un milagro de parte de Dios y por su tranquilidad en medio de este proceso y de esta noticia de no poder ser mamá. Recuerdo que un día, oramos todos juntos como grupo de oración en nuestro apartamento y nos sentimos como si Dios estuviera presente en ese momento. Luego de eso Dios puso en mi corazón regalarle un cuadrito con un versículo que yo había pintado a mano para mi cuarto donde hacía el devocional. El cuadro decía “Humanamente hablando es imposible, pero no para Dios, con Dios todo es posible” Marcos 11:27. Puedo decirles que ni yo sabía a qué se refería Dios con eso, pero así mismo como ese versículo sería su milagro.

Unos días después Marce empezó a sentir cólicos muy fuertes, se sentía demasiado mal por varios días y tuvo que ir a emergencias. Estando en la clínica, le hicieron exámenes y detectaron que su ovario derecho tenía una masita con sangre y había manchado. En ese momento suspendieron la medicación que le habían mandado y su médico, sin entender por qué había sucedido, vio una oportunidad perfecta para hacer una extracción de óvulos ya que su cuerpo había producido lo necesario para comenzar este proceso de fertilidad para congelar los óvulos y poder ser mamá en un futuro.

Hasta ese momento todos pensamos que esa había sido la respuesta de Dios a nuestras y sus oraciones, que su milagro sería a través de este proceso y que Dios le concedería su sueño. De alguna manera si, pero, ese no era el final.

Ahí comenzó este proceso médico para aumentar la posibilidad de extraer buenos óvulos; fueron muchas inyecciones que la hacían sentir mareada, decaída y con cólicos muy fuertes. Recuerdo cuando Marce me escribía diciendo que era muy difícil, que se sentía mal, pero siempre estuvo aferrada a Dios y al milagro que llegaría después de tanto sacrificio. Finalmente llegó el día de la extracción para congelar sus óvulos en mayo del 2018 y después su periodo no regresó más.

Un año después, en diciembre de 2019, Marce viajó a Israel. Un viaje que llevaba esperando por mucho tiempo y finalmente se había dado la oportunidad. Viajo acompañada de una pareja de Dios muy especial que conocía su situación. Exactamente el 8 de diciembre de ese mismo año se encontraba en Belén y ellos sintieron que debían orar por su vientre, lo hicieron y sintieron que algo sobrenatural había sucedido. Siguieron su recorrido, pero, esa misma noche a Marce le bajo su período y le duro lo que dura un ciclo menstrual normal, lo que no sucedía hace muchos años.

Cuando regreso de su viaje no sintió nada más, sin embargo, saco cita al médico, pero se la dieron unas semanas después porque era diciembre, un mes de festividades y navidad. A comienzos de enero empezó a sentirse un poco diferente, enferma se podría decir, con náuseas, malestar y notaba que algo sucedía en su cuerpo. Entró a orar a su cuarto y en medio de ese momento, preguntándole a Dios qué le pasaba, sintió una voz directa a su corazón que le decía: “Estás embarazada”, ella extrañada pero sintiendo esa voz, el 12 de enero de 2020 se hizo una prueba de embarazo, para su sorpresa, salió positiva. Contra todo pronóstico médico y con óvulos congelados para hacer un proceso de IVF (Fertilización in vitro) a futuro, Marce estaba embarazada y había sido de manera natural.

Muy sorprendida fue a la cita con su médico y reconfirmaron que, si estaba embarazada, no se explicaban de qué manera había podido ovular repentinamente y haber quedado en embarazo. Sin embargo, había sucedido y una vez más Dios tenía la última palabra. ¿Recuerdan el versículo que yo le regalé pintado a mano? Pues en ese momento cobraba vida y tenía sentido. Para la ciencia no era posible, pero para Dios nada era imposible.

El 24 de agosto de 2020, nació Matildelina. Hermosa, sana y perfecta. El regalo que Dios le mandó a Marce directo del cielo, con el que le recordó que Él es real, que para Él no hay nada imposible y con el que pudo tener su encuentro individual y personal.

Para nosotros, una vez más, Dios superó nuestras expectativas. Cuando pensamos que no había nada que hacer, pero decidimos buscarlo clamando por un milagro, Él nos escuchó y nos permitió ser parte de. Cuando creímos que Dios había obrado y su bebé nacería a través de IVF, Él se encargó de sorprendernos nuevamente, y hacer lo imposible, posible.

Hoy en día, así como nosotros tenemos nuestros milagros en brazos, Marce tiene el de ella, y muchas personas que conocemos y Dios nos ha dado la oportunidad de estar presentes también tienen el tuyo. Recuerda que Dios está a una oración de distancia esperando ser llamado. Si lo hizo con nosotros y con Marce, puede hacerlo en tu vida. Permítele ser parte de tu proceso, entrégale ese sueño y esos anhelos de tu corazón. Aunque no podamos verlo, Él está obrando, y como en el vientre de una mujer se forma un bebé que no podemos ver y toma tiempo, pero después cuando llega el momento perfecto nace y podemos tenerlo en brazos. Así mismo tu milagro se está formando y sucediendo, aunque no puedas verlo, Él lo está haciendo, y en el momento perfecto lo entregará en tus brazos y llegará a tu vida. Ese sueño y ese anhelo por el que tanto has clamado. No te canses de orar, no te canses de buscarlo y no dejes de creer.

Natalia Ospina Acevedo

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