Testimonio de Nuestro Viaje a Israel

Cuando estamos en el camino de Dios y empezamos a conocerlo, queremos más y más. Lo buscamos y cada día avanzamos en nuestra relación con él. Podríamos decir que son como etapas.

¿Qué pasa cuando sentimos que lo amamos y le creemos, pero necesitamos más? Sentimos que necesitamos llegar a un nuevo nivel. Ya no solo queremos sentir cosquillas en el estómago, no solo queremos llorar cuando su Espíritu Santo se manifiesta, y no solo queremos un versículo que nos toca de vez en cuando. Queremos su voz audible. Queremos verlo tan real que podamos tocarlo. Queremos estar seguros de que todo esto no ha sido en vano y que no es parte de nuestra imaginación.

Ahí comenzó nuestra búsqueda por más. Más de lo que habíamos conocido hasta ahora. Más de Dios, más del Espíritu Santo y más de Jesús.

Mi esposo y yo emprendimos un viaje a Israel para conocer más de la vida de Jesús y para recorrer sus pasos. Para experimentar una nueva etapa. Para ver con nuestros ojos los lugares de las historias de la Biblia. Para que el imaginar ahora fuera más fácil.

Íbamos felices y con grandes expectativas. Comenzó nuestro tour por este hermoso país. Era un tour no cristiano, pero recomendado. Éramos 15 personas más la guía. Unos católicos, unos cristianos, otros “nada”, podríamos decir, y la guía 100% judía. ¿Qué malo podría haber en esto?

Íbamos de Tel Aviv hasta Jerusalén. Ese era nuestro trayecto, recorriendo cada ciudad donde se hizo historia.

Día # 1: Nos llevaron a varios lugares. Conocimos iglesias católicas, ciudades en ruinas e historias de hace miles de años.

Día #2: Más iglesias, más ciudades en ruinas, paisajes, lugares donde estuvo María y donde estuvo José, entre otros.

Día #3: Otras iglesias, otros paisajes, más ciudades en ruinas, y finalmente lugares donde estuvo Jesús; algunos donde vivió de niño como Nazaret, otros donde empezó su ministerio, etc…

¿Y qué pasaba en nosotros? Un poco más que nada…

¿Qué pasó con esa emoción de conocer esos lugares y de sentir algo especial? No lo sé…

Solo sé que empezó a crecer una frustración y una confusión en nosotros, pero ninguno decía nada.

Día #4: Más lugares donde estuvo Jesús y con ellos su historia completa. Hablo de hechos reales, de historia y hechos religiosos. Como nuestra guía era judía, nos contaba cada historia desde el punto de vista del judaísmo, del cristianismo-catolicismo y de algunos historiadores que podríamos llamar “ateos”.

Cada día conocíamos, aprendíamos y entendíamos más cosas, pero nuestra frustración por sentir y ver a un Jesús cara a cara aumentaba. Ahora no solo era la frustración sino la duda. Si hay hechos que prueben esto y esto… Si en el judaísmo creen esto por esto… Si tal cosa, si tal otra… ¡oh oh!

¿Será que vinimos buscando algo que nunca existió?

Día #5: Nuestro corazón estaba todo revuelto; nuestra mente tenía mil pensamientos.

Esa noche en la comida nos pusimos a hablar con la guía y con los demás del grupo sobre “Religión”. Nosotros defendiendo el cristianismo y la existencia de Jesús. Ella defendiendo el judaísmo, la existencia de Jesús como profeta pero no como salvador ni mesías. Decíamos cosas y ella respondía con una afirmación histórica y lógica de por qué no era verdad o de por qué era una verdad incompleta. Al final de esa comida nos fuimos a dormir, pero en nuestra mente pasaban preguntas, dudas, había frustración, temor, confusión…

"Y si todo era mentira… Y si todos estos años habíamos estado siguiendo un invento… Y si ella tenía razón… Y si ninguno tenía razón y no existía nada…"

¿Qué pasó? ¿Dónde estaba nuestra fe? ¿Años de seguir a Jesús y en tan solo 5 días un viaje, una historia y un lugar habían hecho que todo se viniera al piso? ¡Por Dios!

Al día siguiente estaba en la tina del hotel, sola, cansada y pensando. Me puse a hablar con Dios y le dije lo que pensaba, lo que sentía y le hice muchas preguntas. Nuestra conversación fue algo así:

"¿Por qué nos hiciste venir hasta este lugar? Pensé que iba a ser especial; ¿por qué nos pusiste en un tour no cristiano?, hubiera sido más fácil estar en un tour que alimentara nuestra fe, no en uno que la destruyera, ¿por qué no he sentido nada especial, más que historia y conocimiento en esos lugares donde estuvo Jesús? ¿Por qué no he sentido tu presencia en este lugar? En esta “Tierra Santa”."

Para mi sorpresa Dios empezó a hablar. Palabra tras palabra, empezó a contestarme. Pregunta por pregunta, empezó a aclarar mi mente como nunca antes.

Dios dijo algo como esto:

"¿Por qué los hice venir a este lugar? Porque ustedes querían conocerlo, ustedes querían experimentarlo y yo vine con ustedes para mostrarles paso por paso.

¿Por qué un tour no cristiano? En uno cristiano hubiera sido muy sencillo, su fe se habría fortalecido, hubieran sentido nuevamente cosquillas en el estómago y me amarían más, pero las bases serían las mismas y solo hubiera sido una experiencia linda en sus vidas. Yo necesitaba ponerlos ahí porque necesitaba probar su fe, ponerlos en el límite, hacerlos dudar, rodearlos de gente no creyente, para ver si su amor por mí era como hablaban.

Además, a los lugares a los que los llevaré a predicar mi palabra, son lugares donde nadie creerá en mí, donde estarán rodeados de incrédulos. Pero necesito que su fe sea tan fuerte y tan real que sin importar el lugar o las personas, ustedes animen a otros a creer en mí. Pero para eso necesito que lo experimenten en carne propia.

¿Por qué no han sentido mi presencia? Porque mi presencia no está en Israel o en una iglesia, mi presencia está con ustedes, y en ustedes, sin importar a donde vayan. Ustedes son los que deben encargarse de llevar mi presencia a un lugar."

Y así fue como todo se hizo tan claro, como todas las dudas se fueron y como escuché su voz tan clara y sentí su presencia tan real como nunca antes… Él siempre estuvo ahí y siempre ha estado, pero como los papas necesitan que sus hijos aprendan hacer las cosas por si solos, a veces deben hacerse a un lado, guardar silencio, y dejar que su hijo lo descubra por sí solo. Así fue como Dios lo hizo.

Pero esto no fue todo; esto fue solo el comienzo de un viaje espectacular, lleno de su presencia y de su poder.

Al día siguiente fuimos al mar de Galilea donde Jesús caminó sobre las aguas; hicimos un recorrido en un bote hacia adentro. Resultó que el dueño del bote era un judío mesiánico, que son los judíos que creen en Jesús como salvador y mesías. Cuando estábamos bien adentro, él contó su testimonio de cómo llegó a Galilea buscando a su mamá biológica y encontró a su papá Dios. Cantó una canción y fue hermoso. Pudimos sentir que Jesús estaba ahí. Pudimos escuchar cómo nos invitaba a caminar con el sobre las aguas, que en este caso serían las aguas de seguirlo ciegamente, de predicar su palabra, de creer en él y de animar a otros a conocerlo. Nos invitó a tomar el riesgo de caminar sobre las aguas profundas y turbulentas, para asegurarnos de que él siempre estaría ahí para respaldarnos y animarnos.

Un día más tarde íbamos al río Jordán para la renovación de nuestro bautismo, en el mismo lugar donde Jesús se bautizó. Nos pusimos nuestras batas blancas y entramos al agua. Un pastor que había en nuestro Tour nos bautizó, y aunque ya nos habíamos bautizado antes, ese día sentimos que verdaderamente fue un nuevo comienzo para caminar de la mano de nuestro Señor Jesucristo. En ese mismo momento, mi esposo terminó bautizando al pastor. Lo que sabemos es que ahí comenzó su ministerio…

Más tarde luego de bautizarnos, ya estando en otra ciudad, el pastor que nos bautizó, se nos acercó y nos dijo que Dios le había mostrado algo acerca nuestro y que quería compartirlo con nosotros.


Para esto hago un paréntesis (hace exactamente un año, yo había tenido un sueño que provenía de Dios, el único en toda mi vida donde sentí que Dios me habló claramente y supe que fue Él). Tanto así que esa madrugada me desperté y empecé a escribir todo lo que me había dicho antes que se me olvidara.) Cierro paréntesis.


Continuando con la historia, el pastor empezó a hablar y a decirnos que Dios nos tenía para cosas grandes. Que había un llamado en nosotros que aún no habíamos aceptado. Que Él nos iba a usar grandemente y llevarnos a lugares que no conocían de Él para predicar su palabra. Wow!! Eso mismo es lo que Dios me había dicho dos días atrás cuando le pregunté tantas cosas, y eso mismo era lo que me había dicho en mi sueño que aún lo tenía escrito en una nota en mi celular. Cuando el pastor decía estas cosas, pude sentir como Dios me confirmaba todo lo que había hablado y dicho sobre nosotros, fue increíble y hermoso.

Luego de eso, mi esposo y yo hablamos de todo lo que había pasado esos días, desde el día #1 del tour, y nos dimos cuenta de que en todo coincidimos y que Dios había estado actuando de una manera sobrenatural. Le dimos gracias a Dios, e hicimos una oración, entregándole nuestras vidas una vez más y entregándole nuestro tiempo, para su servicio. Le dijimos: “Hemos aquí dispuestos a servirte, úsanos, cuando sea, como sea y donde sea”.

Luego pusimos una prédica de nuestra iglesia en Bogotá que había pasado ese mismo día. Era la primera que poníamos en todo el viaje, y cuando el predicador empezó a hablar, era cada cosa que nos había sucedido en el viaje; cada cosa que vivimos, y nos animaba a seguir luchando por encontrarnos con Dios cada día y servirle con nuestra vida entera. Con eso, Dios solo nos sorprendía más y más.

Así siguieron pasando los días, llenos de sorpresas y bendiciones. Después de la tormenta viene la calma, y nosotros entendimos que Dios nos estaba, y está, formando para su ministerio; nuestro ministerio.

Para no hacer el cuento más largo, puedo decir que terminamos el viaje, conocimos, experimentamos, y llegamos llenos de amor, de conocimiento, de poder del espíritu santo, y llenos de sed por más y pasión por Dios..

Los invito a que si no conocen a Dios y aún no lo han experimentado, tomen la decisión de buscarlo, porque el siempre ha estado ahí, esperando a que abras las puertas de tu corazón, y comiences a disfrutar de esta aventura de vivir una vida a su lado. Si ya lo conoces y llevas muchos años de cristiano, te invito a que lo busques aún más y que puedas avanzar a ese nivel que sigue. Con Dios las sorpresas nunca terminan. Él siempre tiene más y más, pero está esperando que tú lo busques y quieras encontrar ese siguiente paso que él te quiere ver dando. Búscalo, pregúntale, proponle, rétalo. Él es maravilloso, grande, incomparable e infinito…

¡No te vas a arrepentir! 😊

Espero que puedas descubrir a un Dios real que sí nos habla.

Natalia Ospina



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